Anestesiología y reanimación veterinaria

Es fundamental que el anestesista posea la máxima información acerca del paciente antes de la realización de un procedimiento anestésico. Es vital que el anestesista conozca cuál es el problema del animal, qué tratamientos está recibiendo y qué procedimiento se va a realizar a la mascota. Para ello es necesario realizar una evaluación preanestésica que incluye de forma rutinaria una entrevista para conocer la historia clínica del paciente, un examen físico y una analítica de sangre completa (hemograma y bioquímica). Dado que muchos de los fármacos que se usan en el procedimiento anestésico causan depresión cardiaca y respiratoria, los anestesistas hacen mucho énfasis en el examen del corazón y los pulmones. Igualmente, los riñones y el hígado son fundamentales a la hora de eliminar del organismo la mayoría de los fármacos anestésicos, por ello se estudiará con gran atención el funcionamiento de estos órganos. En situaciones específicas el anestesista solicitará pruebas adicionales para poder investigar en mayor profundidad la condición de estos órganos (como radiografías de tórax, ecografías de abdomen, ecografías del corazón o analíticas sanguíneas que permitan saber si la coagulación de la sangre es correcta). Por otro lado, debido a las numerosas interacciones entre fármacos, es muy importante para la seguridad de la mascota que el anestesista conozca con exactitud todos los fármacos que está recibiendo el animal. Por último, si la mascota ha sido anestesiada alguna vez con anterioridad, es fundamental comunicar al anestesista si el animal padeció alguna complicación relacionada con la anestesia.
 

La mayor parte de los animales jóvenes y sanos se recuperan rápidamente de la anestesia y en unas pocas horas presentan un estado de consciencia y actividad completamente normal. Sin embargo, si la mascota es anestesiada durante un periodo muy largo, es muy mayor o presenta una enfermedad muy grave, puede que tarde más de un día en recuperarse completamente de la anestesia. Parte de este retraso puede ser debido a los fármacos anestésicos, pero parte también puede deberse a la enfermedad del animal. En todo momento durante la recuperación, el paciente permanece bajo la estrecha vigilancia del servicio de anestesia o, en algunas ocasiones, del servicio de hospitalización si su condición es muy grave.

El servicio de anestesiología dispone de un amplio arsenal de opciones terapéuticas para tratar el dolor de los animales. Normalmente la administración de analgésicos (opioides y antiinflamatorios no esteroideos) comienza antes del inicio del procedimiento, dado que se ha demostrado que su eficacia aumenta de forma significativa si se administran antes de que se produzca el dolor. Antes de comenzar la cirugía posiblemente también se usen fármacos analgésicos (anestésicos locales) que se depositan o bien cerca de la incisión quirúrgica o bien cerca de los nervios o médula espinal (anestesia epidural) para garantizar una analgesia completa. Asimismo, durante la cirugía se administran de forma inyectable otros tipos de analgésicos dependiendo de la enfermedad del paciente y del procedimiento. Durante el periodo de recuperación, la analgesia es igualmente supervisada por el servicio de anestesia dado que este también se encarga de diseñar el plan analgésico para el alta del paciente.

La gran mayoría de principios activos usados en animales son idénticos a los empleados en personas. Son fármacos que no sólo han demostrado ser útiles en animales, sino también seguros.

Son las máximas instituciones de especialidad en Anestesiología Veterinaria dentro de los organismos que regulan la especialización veterinaria a nivel europeo y americano (EBVS y ABVS). El ACVAA y ECVAA determinan los estándares de profesionalidad avanzada para el campo de la anestesiología dentro de la profesión veterinaria y son responsables de diseñar el contenido de los programas de residencia. Los programas de residencia tienen una duración de 3 años y una vez completados con éxito permiten el acceso a un examen de especialidad. Este examen también es diseñado y supervisado por el ACVAA y ECVAA y una vez que se supera, el profesional puede llamarse Diplomado por el Colegio Americano o Europeo de Anestesia y Analgesia (DipACVAA o DipECVAA) y puede ser considerado especialista en anestesiología veterinaria. El Servicio de Anestesiología y Reanimación de la Universidad Alfonso X El Sabio cuenta como responsable de servicio con una doble Diplomada, tanto por el Colegio Americano como por el Colegio Europeo.